Hace unos días viendo Callejeros Viajeros vi como en una tienda de Brooklyn se podían comprar las famosas tortas de Inés Rosales y como decían que hasta en Manhattan se podían encontrar. Que gran orgullo se siente al ver como el nombre de Castilleja de la Cuesta cruza el charco y que asco y coraje da comprobar que por culpa de los sucesivos gobiernos socialistas, quienes quieran ver como se fabrican las famosas tortas de Ines Rosales de Castilleja de la Cuesta SE TENGAN QUE IRSE A HUÉVAR, a mas de 20km de aquí.
Doy fe de esto que explicas.
ResponderEliminarEn mi luna de miel, estuve en Nueva York.
No te puedes imaginar los dos lagrimones que surcaron mi cara cuando, una mañana, en una tienda las encontré.
Es espeluznante la sensación de orgullo que sentí.
De mi pueblo, en la capital del mundo. ¡Casi ná!
Un abrazo.